En nuestro país es una costumbre muy arraigada tomar café, té o una infusión después de la comida, y en ocasiones especiales, sobre todo cuando va a alargarse la sobremesa, un chupito de algún licor. ¿Es una buena costumbre? ¿Cuál es la mejor opción? Vamos a intentar aclarártelo.

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¿Cómo funciona la digestión de las comidas?

La digestión es el proceso por el cual tu cuerpo asimila los nutrientes que contienen los alimentos ingeridos, para transformarlos en energía para tus células, de manera que se lleven a cabo todos los procesos vitales.

La digestión mecánica empieza en la boca, donde se trituran los alimentos y la digestión química comienza en el estómago y termina en el intestino, donde los alimentos se transforman en moléculas más pequeñas para poder ser absorbidos por la sangre y transportados a las células.

La saliva contiene enzimas que empiezan a digerir los alimentos en la boca y en el estómago los jugos gástricos que contienen agua, ácido clorhídrico y enzimas digestivas (pepsina, renina y lipasa) comenzarán ya a modificar las proteínas, los hidratos y las grasas.

Al intestino delgado llegarán los jugos pancreáticos y la bilis procedente de la vesícula biliar, que se encargan de digerir sobre todos las grasas. Además las enzimas de las paredes del intestino atacarán sobre todos a los azúcares.

A través de las vellosidades intestinales, los nutrientes serán absorbidos y pasarán a la sangre. En el intestino delgado se absorberán los lípidos y proteínas y en el intestino grueso se absorberán agua y electrolitos.

infusion

Café, té o chupito

Tanto el café como el té contienen cafeína (teína en el té), que es un alcaloide que se une a los receptores de adenosina, impidiendo que esta molécula cumpla su función de mandar al cerebro una sensación de cansancio para que nos relajemos. De este modo la cafeína o teína nos hace permanecer más activos y despiertos.

Por tanto si la función que queremos que cumpla el café o el té después de comer es que podamos seguir trabajando por la tarde, sin duda ambos lo conseguirán.

Desde hace algunos años se está poniendo de moda tomar otro tipo de infusiones después de las comidas, que ayuden a realizar mejor la digestión (manzanilla), que eviten la retención de líquidos (cola de caballo), la acumulación de gases (la menta) , aceleren el metabolismo (té rojo) o eviten la acidez (hinojo).

Por tanto tomar una infusión tras las comidas ayudará a sentir mayor saciedad y evitará molestias y digestiones pesadas. En AXA Health Keeper te hablamos en su día de las mejores infusiones para adelgazar, lo recuerdas?

Lo del chupito después de comer, no es una opción tan saludable.

Tradicionalmente se ha considerado que tomar un licor tras la comida es “digestivo”, pero realmente no hay estudios que avalen tal cosa. El alcohol no estimula la secreción gástrica de forma que se favorezca la digestión, y en todo caso debería ser un licor con muy baja graduación, cosa que no ocurre con un pacharán, un coñac, licor de café, orujo de hierbas…etc que tienen graduaciones superiores a los 25 o 30 grados.

Los defensores a ultranza de este tipo de licores, consideran que la dilatación de los vasos que el alcohol consigue además del efecto de las hierbas, semillas , bayas y maderas con las que se maceran favorecen la digestión y la absorción de nutrientes.

No podemos olvidar la gran cantidad de calorías que aportan esos licores. Recuerda que una copa de coñac son 122 calorías, una copita de orujo son 100 y una de pacharán 140. Así que está claro, ¿no? Reserva esta opción para ocasiones muy puntuales.

Cualquier duda que tengas puedes solucionarla con los endodrinos y nutricionistas que encontrarás en AXA Health Keeper. Ven a conocernos.