Según los especialistas, los deportistas son más propensos a sufrir procesos infecciosos que afectan a las vías respiratorias, al aparato gastrointestinal, la piel y los tejidos subcutáneos. Esto tiene fácil explicación, ya que el contacto físico entre deportistas, las condiciones de canchas y terrenos de juego, y la humedad y las bajas temperaturas que soportan los deportistas que practican su actividad al aire libre durante los meses más fríos, hacen que el sistema inmunológico deba trabajar al máximo y no siempre las defensas puedan contra los agentes infecciosos. Una de esas infecciones más comunes es la neumonía.
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¿Qué es una neumonía?
Es una infección de los pulmones, producida bien por bacterias, por virus e incluso por hongos.
Las neumonías más frecuentes en adultos sanos, que practican deporte al aire libre son las producidas por bacterias (Neumococo).
El contagio puede venir a través del aire que respiramos y que esté infectado, o bien a través del contacto con alimentos, secreciones u objetos previamente infectados.
Las afecciones de garganta o de vías altas, pueden ser un factor determinante, pues si no se curan adecuadamente pueden terminan produciendo una sobreinfección a nivel pulmonar.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes?
- Tos con mucosidad y dolor en el pecho.
- Fiebre.
- Decaimiento general, escalofríos, temblores.
- Disnea, o dificultad para respirar, o respiración superficial.
- Dolor de cabeza.
- Inapetencia.
¿Cuál debe ser el tratamiento?
Recuerda que siempre deberás consultar con tu médico y nunca automedicarte.
En casos graves, o personas muy jóvenes o ancianas, se precisa hospitalización y en ese caso se trataría con oxigenoterapia para mejorar la ventilación, y antibióticos por vía intravenosa salvo en el caso de que sea de origen viral.
Si no precisas hospitalización:
- Deberás tomar antibiótico, en las dosis prescritas y durante todo el tiempo que se considere necesario.
- Deberás tomar otros medicamentos para mejorar los síntomas tales como: antitérmicos para la fiebre, antitusivos para la tos, y expectorantes para los mocos.
- Toma muchos líquidos, como zumos de cítricos, sopas, purés e infusiones.
- Suspende el tabaco y el alcohol por completo.
- Descongestiónate la nariz con suero fisiológico.
- Humidifica el ambiente de tu dormitorio para poder eliminar mejor la mucosidad.
- Procura estar en reposo relativo, ya sea en cama o en el sofá. No hagas esfuerzos hasta que te encuentres con suficientes fuerzas.
¿Cómo puedes prevenir el contagio?
- Lávate la manos con frecuencia, tanto al tratar alimentos, como tras estornudar, toser, sonarte la nariz o tocar a personas enfermas.
- Abrígate y desabrígate las veces que haga falta. Tan malo es pasar frío como sudar.
- Cuida la ropa que llevas al hacer deporte. Cambia de calzado y de ropa rápidamente si te mojas.
- Fortalece las defensas con una alimentación equilibrada. Toma mucha vitamina C.
Deporte y neumonía
- Disminuye la intensidad los primeros días. Si corrías una hora, no pases de 20 minutos, y si te cuesta respirar comienza antes caminando.
- Cuando al caminar no te fatigues comienza con el trote muy suave.
- Ve aumentando el ritmo muy poco a poco.
- Haz fisioterapia respiratoria: respira profundamente varias veces durante el calentamiento, por la nariz, aguanta la respiración y suelta el aire poco a poco como si soplaras. Infla globos, o sopla velas a una distancia de un metro para aumentar la capacidad pulmonar y fortalecer los músculos de la caja torácica. Aguanta en apnea unos segundos para aumentar la presión en la vías.
- Cuando estés al 80% de tu nivel habitual, podrás empezar con tu rutina de actividad como siempre.
Por supuesto, el médico deberá realizarte un seguimiento, así que consúltale todas las dudas.
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