Hemos oído muchas veces que si ingerimos menos calorías de las que gastamos adelgazamos y si nuestra ingesta calórica es mayor que nuestro gasto engordamos. En teoría este razonamiento es lógico, pero nuestro cuerpo es una máquina sabia que piensa en el futuro y que no reacciona de forma tan simple como cabría esperar.

Por eso desde AXA Health Keeper te ofrecemos dietas equilibradas y consejos saludables que te enseñen a comer bien. Regístrate y conócenos.

Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud que se celebra como sabes el 7 de Abril, queremos advertirte del peligro de seguir dietas milagro, muy restrictivas que pueden dañar tu salud y vamos a recordarte cómo debe ser un dieta equilibrada.  ¡Vamos a ello!

¿Por qué no funcionan este tipo de dietas?

Según numerosos estudios franceses y americanos, no existe una relación correlativa y real entre las calorías ingeridas y el aumento de peso. De hecho en las últimas décadas el aporte calórico medio de la población ha disminuido y sin embargo estamos ante niveles de obesidad nunca vistos.

Las dietas hipocalóricas no sólo no son eficaces, sino que pueden llegar a ser peligrosas, porque llevan consigo el déficit de algunos nutrientes esenciales.

La causa es bastante sencilla de entender. Al reducir el aporte de calorías el organismo aumenta el rendimiento energético, por instinto de supervivencia. Esto significa que con menos energía seguirá cumpliendo las mismas funciones y acumulará lo ahorrado, por si el aporte sigue disminuyendo. Se gastará menos durante el tiempo en el que el aporte sea menor, y en cuanto la ingesta vuelva a la normalidad el organismo hará acopio de grasas. Por tanto el aumento de peso será mayor que lo que se perdió con la dieta.

Además de esta idea, los expertos reconocen que el cálculo que se hace de calorías es erróneo y eso se observa en las grandes diferencias que hay entre unas tablas de calorías y otras.

No se tiene en cuenta por ejemplo que la fibra reduce la absorción de azúcares y de grasas, que la absorción de un carbohidrato complejo y un0 simple no es igual, que los ácidos grasos insaturados y saturados también se metabolizan diferente, que según la hora del día, el metabolismo se ralentiza, que la misma cantidad de comida repartida en varias veces no produce la misma energía, o que la forma de cocinado o de preparado de un alimento hace que los nutrientes se absorban de manera diferente.

Resumiendo, una dieta hipocalórica, por el hecho de serlo no va a lograr que disminuyamos de peso, y si lo hacemos que sea de forma duradera. Nuestra dieta tiene que ser por supuesto acorde con nuestro estilo de vida y nuestro gasto por actividad y trabajo, pero lo más importante es que cumpla con las premisas de una dieta equilibrada.

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Dieta equilibrada

¿De verdad necesitas que te recordemos cómo debe ser una dieta equilibrada? No te preocupes, lo hacemos de mil amores, porque en AXA Health Keeper nos importa que aprendas a cuidarte bien. Pon atención:

  • Debe contener alimentos de todos los grupos. No elimines ningún alimento. Ten cuidado con aquellos alimentos que nos convienen menos a todos, como los dulces, las salsas, los refrescos azucarados, el alcohol, las carnes rojas o las grasas saturadas.
  • Compensa si te das un capricho. No pasa nada si tomas un día una hamburguesa, pero intenta entonces que la siguiente comida sea más liviana y que aporte los nutrientes que no tomaste, verduras, frutas, lácteos…
  • Come cinco veces al día. O más si tu jornada es muy larga. Evita llegar a las comidas principales muerto de hambre tomando un almuerzo y una merienda ligera, como una fruta o un yogur.
  • Toma cinco raciones de frutas y verduras al día. En serio no es tan difícil. Toma una fruta o zumo en el desayuno, otra pieza en el almuerzo, un primer plato con verduras o una guarnición con el segundo. Ya vas 3 ó 4. Si tomas otra pieza de fruta en la merienda, y una verdura en la cena ya lo habrás conseguido. ¿lo ves?
  • Toma todos los días dos o tres raciones de leche o derivados lácteos.
  • Toma todos los días dos raciones de carne, pescados o huevos. Procura que primen las carnes magras y las preparaciones sencillas.
  • Toma todos los días tres o cuatro raciones de cereales, incluyendo el pan, los cereales de desayuno, la pasta o el arroz.
  • Incluye al menos dos veces por semana las legumbres y las patatas.
  • No te olvides de los frutos secos.
  • Bebe ocho vasos de agua cada día. Te recordamos cómo conseguirlo de forma sencilla: un vaso en el desayuno, otro a media mañana, dos en la comida, otros dos durante la tarde y dos en la cena. Recuerda que además la leche, los zumos, las infusiones y las frutas y las verduras principalmente te aportan mucha agua.

Encuentra en AXA Health Keeper endocrinos y nutricionistas que te asesoren y resuelvan tus dudas.