El paté es un derivado cárnico, realizado con vísceras, como el hígado, o carnes de diferentes animales (pato, cerdo, atún…) y aliñado con hierbas y especias.
Hemos descubierto otro tipo de “patés”, realizados con verduras y legumbres, que son igualmente deliciosos, pero no contienen grasas vegetales. Hoy te hablamos de los paté vegetales.
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Cómo hacer paté vegetal

Un paté tradicional es una pasta, untuosa, que se prepara a partir del hígado de oca, cerdo, pato, etc. y que lleva especias y condimentos que le dan sabor e intensidad. Un paté vegetal es una pasta suave, elaborada con verduras o legumbres, con igual cremosidad y untuosidad y a la que puedes añadir queso, huevos, harina o pan rallado para adaptar su consistencia.
Porqué son mejores que los patés tradicionales
Desde un punto de vista saludable un paté de verduras no contiene grasas animales (si no lleva huevo o queso) y, por tanto, contiene grasas vegetales, provenientes de aceites de semillas o de frutos secos, que son ricas en ácidos grasos monoinsaturados, protectores del corazón y las arterias.
El paté de hígado es un alimento nutritivo, que contienen vitamina A, D, E, ácido fólico, vitamina B12 y minerales tan esenciales como zinc, hierro, magnesio o fósforo. Sin embargo, también es muy calórico. De ahí la recomendación de consumirlo con moderación.
Un paté vegetal tendrá los nutrientes del ingrediente principal.
Por ejemplo, en el caso de un paté de garbanzos, aportaremos gran cantidad de proteínas vegetales, fibra dietética, calcio, hierro, magnesio, así como potasio, sodio y vitamina A, E y K.
Si es un paté de berenjena, aportará fibra, hierro y antioxidantes y si es de tomates secos será rico en vitamina C y potasio.
patés vegetales

Recetas fáciles de patés vegetales

  1. Hummus de garbanzos. Mezcla unos garbanzos cocidos, o crudos y puestos a remojo durante 12 horas, con un diente de ajo, zumo de limón, aceite de oliva, sal y pimienta y, si se desea, una cucharada de pasta de sésamo y un pellizco de comino. Ideal para comer con crudités, es decir, verduras crudas cortadas en palitos, como apio, zanahorias, pimientos y para untar en un pan de centeno.
  2. Babaganoush o paté de berenjena. Parte dos berenjenas y una cebolla grande y mete al horno a 180 grados, con una cucharada de aceite hasta que se ablanden. Bate con un ajo, perejil, zumo de limón, sal y pimienta. Si en vez de berenjena se hace con calabacín, la crema resultante se llama Mutabal. Sirve con pan de pita.
  3. Olivada o paté de aceitunas. Mezcla 100 gr de olivas verdes o negras, sin hueso, con una cucharada del agua de las propias aceitunas y un diente de ajo. Añade un puñado pequeño de pistachos o nueces picaditas y bate todo. Si queda muy espeso se añade más agua de las olivas. Sirve con pan tostado o con verduras en palitos. Es un paté más graso que los anteriores, porque la olivas aportan ácidos omega 3 y 6 y ácido oleico. Por eso se mezclan con su propia agua no con aceite.

Y no olvides que, por mucho que sea sano… ¡¡No debe ser la forma habitual de consumir verduras o legumbres!! Acompaña estas delicias con un rato de ejercicio en nuestros gimnasios. Ponte en forma con AXA Health Keeper.