Un accidente cerebro vascular (ACV), conocido popularmente como derrame cerebral, ictus cerebral, infarto cerebral, isquemia cerebral…  es un evento de salud grave y urgente, que sucede cuando el flujo normal de sangre al cerebro se detiene o disminuye. Existen algunos signos y síntomas que alarman de este suceso y que deberíamos conocer para poder identificarlos y acudir inmediatamente a urgencias. Vamos a enseñártelos.

En AXA Heatlh Keeper tienes cardiólogos y profesionales en medicina interna y general que podrían resolver todas tus dudas. Además, puedes realizarte todos los análisis y pruebas que precises. Regístrate y conócenos.

Tipos de ACV

Hay dos tipos de accidentes cerebro vasculares, ACV:

  • ACV isquémico, que se produce cuando un vaso sanguíneo del cerebro queda obstruido por un coágulo. Esto puede producirse por dos causas:
    Porque el vaso sea muy estrecho (por ejemplo, porque tenga acumulación de placas de ateroma) y al pasar la sangre más lentamente se producen trombos que terminan obstruyendo el vaso. Es el ACV trombótico.
    Porque un coágulo se desprende de otra parte del cuerpo y viaja por los vasos hasta el cerebro donde encuentra una zona más estrecha y se queda bloqueado. Es el ACV embólico.
  • ACV hemorrágico, cuando se produce la rotura de algún vaso del cerebro, por lo que, a partir del vaso roto, las siguientes zonas no reciben correctamente el flujo sanguíneo. Además, la hemorragia irrita los tejidos cerebrales causando inflamación. El sangrado da lugar a un hematoma que comprime y desplaza al tejido cerebral normal. El ACV hemorrágico se asocia frecuentemente a la hipertensión, a la rotura de un aneurisma o a la acumulación de una proteína denominada amiloide dentro de las paredes arteriales, particularmente en los ancianos. Ésta hace que las arterias sean más propensas al sangrado.

Factores de riesgo de un ACV, posibles causas del derrame cerebral

  • Presión arterial alta.
  • Diabetes.
  • Fibrilación auricular.
  • Hipercolesterolemia y como consecuencia, arterioesclerosis.
  • Antecedentes familiares.
  • Enfermos cardíacos o con problemas de circulación.
  • Sedentarismo. El ejercicio físico no sólo puede ayudarte a prevenir estos eventos, sino que será clave para lograr una pronta recuperación.
  • Malos hábitos de vida: tabaquismo, alcoholismo, obesidad…

Es más frecuente en personas de más de 60 años y que acumulen tres o más factores de riesgo.

ThinkstockPhotos-533708806, ACV interior

Síntomas derrame cerebral

Aunque a veces un derrame cerebral puede aparecer de forma súbita, existen algunas señales y síntomas derrame cerebral que pueden avisar de problemas en el riego sanguíneo.

  • Pérdida de fuerza en un brazo o una mano, o incluso en un lado de la cara.
  • Pérdida súbita de la visión, de un ojo o de ambos.
  • Cefalea intensa sin causa aparente, de comienzo brusco y de intensidad más alta de lo habitual.
  • Dificultad para articular palabras, o para encontrar la palabra con la que expresarse o incluso balbuceo, de forma que el que escucha no entiende al interlocutor.
  • Sensación de hormigueo o pérdida de sensibilidad en los dedos. Acolchamiento o adormecimiento de las manos.
  • Vértigo, mareo o inestabilidad, como si el suelo se moviera.

Esos síntomas son cercanos a la consecución del ACV como tal, pero incluso días antes pueden aparecer algunos síntomas inespecíficos que nos avisarían de que el riego cerebral no es el adecuado:

  • Cambios bruscos en la capacidad intelectual de la persona, olvidos, confusiones, despistes…
  • Migrañas nuevas e inexplicables.
  • Atragantamientos frecuentes.
  • Torpeza al caminar.
  • Imposibilidad de dormir.

Un abordaje precoz es importantísimo para reducir las secuelas de un derrame cerebral y la mortalidad por estos sucesos.

En ocasiones se producen accidentes cerebrovasculares transitorios, que son fallos de riesgo sanguíneo que espontáneamente se solucionan en unos minutos y no dejan secuelas. Son importantes de diferenciar, porque pueden avisar (como una angina puede ser el aviso de un infarto) de que se puede producir un ACV más importante:

  • Pérdida de memoria o desorientación
  • Mareo o dolor de cabeza.
  • Dificultad para seguir una conversación y mantener la atención.
  • Somnolencia.
  • Caídas o tropiezos.

Sin embargo, es importante destacar que todos los signos de alarma no necesariamente se deben siempre al inicio de un ACV. Algunos de ellos son muy claros (paralización de una extremidad, pérdida súbita del habla, cefalea aguda…), pero otros son mucho más inespecíficos (mareo, hormigueos, atragantamientos) sobre todo en personas mayores.

Ante los signos de alarma más claros (pérdida de visión, del habla, parálisis), hay que avisar inmediatamente a urgencias. Si los síntomas son más indefinidos o tienes dudas, consulta a tu médico de familia.

Un diagnóstico precoz puede salvar muchas vidas.

Desarrollar el potencial de nuestro cerebro, leyendo, estudiando, hablando, cantando, memorizando, además de mantenerte sano y activo y, seguir unos buenos hábitos de vida, disminuirá enormemente los riesgos de sufrir este tipo de eventos de salud, tan peligrosos y serios.

No te olvides de llevar una dieta sana y equilibrada y hacer ejercicio de forma regular. En AXA Health Keeper te ayudamos a cuidar de tu salud.