Por ahora, todas las vacunas comercializadas contra la COVID-19 tienen una eficacia muy elevada a la hora de proteger frente a la enfermedad. Pero estos tratamientos preventivos no inducen, en la totalidad de las personas, el desarrollo de una protección inmunitaria suficiente contra el coronavirus.

Por el Dr. Pedro L. González, especialista en Medicina Preventiva y de Salud Pública y periodista científico

La respuesta inmunológica a las vacunas depende de varios factores. Hay evidencias de que nuestra dieta, el consumo de alcohol alto y el ejercicio físico que practicamos o el estrés condicionan la respuesta a la vacunación.

Así, es importante mantener una alimentación variada y rica en frutas y verduras, pobre en carnes rojas y con abundancia de cereales integrales. En cuando al ejercicio, basta con 30 a 45 minutos diarios de actividad física moderada y dedicar unos minutos al día a alguna práctica de relajación activa.

Además, cualquier condición física que disminuya nuestro estado inmunológico, ya sea una enfermedad o una condición no patológica como el embarazo, podrían reducir la respuesta a las vacunas. Por ejemplo, las infecciones silenciosas que podemos tener sin saberlo a la hora de vacunarnos. O los tratamientos con antibióticos y otros fármacos que se siguen al vacunarse.

Entre los factores que no se pueden modificar, el que más influye es la edad. La respuesta inmunológica también envejece, y eso implica que tanto las células T como las células B, productoras de anticuerpos, responden peor en las personas mayores. Es lo que se conoce como senescencia inmunológica.

La genética también afecta a la respuesta a las vacunas, que puede verse alterada por deficiencias  que afecten a las células del sistema inmunológico o bien a la producción de sustancias que regulan la respuesta inflamatoria y la función del sistema inmune, entre ellas las citoquinas.

El sexo es otro factor influyente y diversos estudios apuntan a que las vacunas son más eficaces protegiendo a las mujeres del tétanos, la gripe y otras enfermedades infecciosas.

Sin embargo, no se ha visto que la duración de la respuesta inmunitaria esté afectada por el estilo de vida individual. Lo que se ha observado en los ensayos clínicos con las vacunas de COVID-19 que la respuesta inmunológica dura entre cuatro y seis meses, e incluso es posible que dure bastante más.

 

La vacunación contra la COVID-19 no otorga una vuelta a la normalidad

Un porcentaje muy alto de casi el 100% de las personas vacunadas evitan la muerte o tener síntomas graves por el virus SARS-CoV-2, semanas después de haber completado su pauta de vacunación.

Sin embargo, no se sabe hasta qué punto algunas de las personas vacunadas pueden infectarse y transmitir el coronavirus a otras. Además, todavía estamos muy lejos de la inmunidad de grupo. Por todo ello, las personas vacunadas deben seguir tomando las mismas precauciones que la población general.

Las reuniones entre personas vacunadas y no vacunadas apenas presentan riesgos para quienes han sido inoculados, explica el Center for Disease Control and Prevention (CDC) en una guía con recomendaciones recién publicada.

Si la reunión es entre vacunados y no vacunados, habrá que tener en cuenta las condiciones concretas de la persona a visitar. Si no es de alto riesgo, no hay problemas en no mantener las medidas habituales de seguridad. Por ejemplo, dos abuelos vacunados visitando a su hija y nieta sin vacunar. Pueden estar sin mascarilla y en interiores.

Sin embargo, si la persona a visitar es de alto riesgo, se recomienda utilizar la mascarilla y mantener la distancia. Estas mismas medidas se aplicarían si la reunión incluye a varias personas que provienen de distintos hogares. En este caso el riesgo de transmisión aumenta y se pide que la visita se haga en el exterior, con mascarillas y distancia.

Fuentes:

  • Evaluating associations between vaccine response and malnutrition, gut function, and enteric infections in the MAL-ED cohort study: methods and challenges. Hoest C, Seidman JC, Pan W, et al. Clin Infect Dis. 2014;59 Suppl 4(Suppl 4):S273-S279. doi:10.1093/cid/ciu611
  • The effects of exercise on vaccination responses: a review of chronic and acute exercise interventions in humans. Pascoe AR, Fiatarone Singh MA, Edwards KM. Brain Behav Immun. 2014 Jul;39:33-41. doi: 10.1016/j.bbi.2013.10.003.
  • Immunosenescence and human vaccine immune responses. Crooke SN, Ovsyannikova IG, Poland GA, Kennedy RB. Immun Ageing. 2019;16:25. Published 2019 Sep 13. doi:10.1186/s12979-019-0164-9
  • Immunogenetic Association Underlying Severe COVID-19. Kendall McCoy  Vaccines 2020, 8(4), 700; https://doi.org/10.3390/vaccines8040700
  • Sex and Gender Impact Immune Responses to Vaccines Among the Elderly. Fink AL, Klein SL. Physiology (Bethesda). 2015;30(6):408-416. doi:10.1152/physiol.00035.2015
  • Interim Public Health Recommendations for Fully Vaccinated People. Updated Mar. 8, 2021. Centers for Disease Control and Prevention